Hola amigos, anoche me ocurrió algo verdaderamente extraño... Me acosté en mi cama
al lado de mi amo. Siempre suelo leer antes de dormir, así que eso fue lo que hice.
Estos días me he enganchado a uno llamado “Juan salvador gaviota”.
Después de 15 minutos me venció el sueño y me quede dormida…
Aquel día soñé que iba con mi amo a la biblioteca municipal, mi lugar favorito en todo
el mundo. En cuanto atravesé la puerta salí corriendo, esquivando a la gente para no
tropezarme y me dirigí a los libros de literatura juvenil.
Al llegar allí recuerdo que empecé a ojear los libros, seleccionandolos con cuidado,
cuando me detuve a mirar uno en especial. Leí la portada: Juan Salvador Gaviota.
De alguna manera me sorprendió, y noté como me absorbía hacia él.
Intenté resistirme, pero no dió resultado. La fuerza con la que me atraía era cada
vez más y más fuerte. No tardé mucho en darme cuenta de que me había
convertido en el libro que anteriormente sostenía en mis manos.
Me situaba en el segundo estante de la derecha, un sitio accesible para mucha gente.
Día tras día la gente iba y venía. Muchos escogían sus libros con cuidado y, se topaban
conmigo durante su elección. Leían mi título y, a menudo, muchos de ellos me
evantában de mi sitio actual, leían atentamente mi contraportada y acariciaban
mis páginas suavemente y con suma delicadeza.
Algunos de ellos no parecía agradarles y me devolvían a la misma posición.
Esas veces me entristecía, pero los compensaba con los momentos en los que
al acabar de analizar cada uno de mis rasgos se les iluminaban los ojos y me
llevaban con ellos a sus casas.
La parte que más me emocionaba era la sensación que sentía al conocer las caras
de las personas cada vez que abrían las páginas del libro. En ese momento veía su
rostro a través de un cristal que formaban las páginas y por simple intuición
averiguaba si amaba los libros o no.
En un momento dado apareció una chiquilla bastante peculiar. Me tomó de la
estantería y me llevó a su casa. Pude ver en sus ojos algo que nunca habia
descubierto antes. Por esos ojos habían pasado muchas penas, pero al acabar
de leerme, dejaron de ser tristes y apagados y se convirtieron en alegres y
orgullosos. Esa sensación de placer me despertó de mi sueño.
Al abrir los ojos analizé cada uno de los momentos del sueño. Siempre me quedaré
con la duda de saber el porqué aquella niña se llenó de euforia al descubrirme.
Quizás le ayudé a resolver su problema, quizás le gusto mi lección, quizás pudo
aprender algo o quizás siempre me anduviera buscando…