La tía Misteria

La tía Miseria, era una mujer bastante pobre que vivía en una casita con un hermoso peral. Muchas de los jóvenes del pueblo le robaban las peras. Un día de tormenta, un mendigo se presentó en su puerta. Ella le acogió y le ofreció la poca comida que tenía.
A la mañana siguiente el viejo le concedió un deseo a Miseria. Ella, no muy segura de que eso fuera cierto, aceptó. Deseó que todo aquel que se subiera a su peral no pudiera bajar sin su permiso. Al cabo de unos días, la muerte llamó a su puerta. Miseria, astutamente, le pidió que le recogiera una de las peras del árbol. La muerte obedeció, y quedó atrapada el lo alto del peral. Ella lo retuvo allí durante muchos, muchos años.
Al final, Miseria tuvo que ceder y liberar a la muerte, ya que nadie moría nunca.